Ambiente, Ciudad y Metrópolis

Hacia la construcción de una política interjurisdiccional.

 

 

Seminario organizado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Bs. As.

Panel Redes de Agua y Cloacas

Exposición del Defensor Adjunto del Pueblo Arq. Atilio Alimena

25 y 26 de septiembre de 2007

 

Gracias por acompañarnos en este Seminario que de alguna manera pretende, como bien decía la Defensora cuando le dio inicio, poner en marcha la inquietud desde la Ciudad de Buenos Aires y la participación en todo lo que hace al tema metropolitano. Si uno analiza desde el título en sí de la Defensoría, “Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires”, el recorte está bien marcado, pero la Ciudad de Buenos Aires no es una isla, no está escindida de la Nación y menos aun de lo que es la Provincia de Buenos Aires, sobre todo, lo que definimos como primer y segundo cordón, que es donde está la mayor concentración de población, diría, del país; porque la tercera parte de la población del país la tenemos en ese ámbito que estoy describiendo.

Lamento que el Ing. Abel  Fatala no haya podido venir, él ahora forma parte de AySA, de la empresa de aguas y servicio que se ha constituido como sucesora o reemplazo de lo que era Aguas Argentinas, y hubiera sido muy interesante tenerlo aquí para que nos contara lo que están llevando adelante; pero la verdad es que esta problemática referida al agua y cloacas, esencialmente, no es novedoso. Hace poco, buscando algún tipo de información me encontraba con que desde la década del 20, en la ciudad de Buenos Aires, cuando se hablaba de infraestructura, comunicación, interrelación, se empezaba a ver la necesidad de que algunos de los municipios o ciudades periféricas a la ciudad, como eran Lanús, General San Martín, Avellaneda, tuvieran interconexión, no sólo por la ubicación territorial, sino por las condiciones de desarrollo conjunto, de infraestructura, y de necesidades sociales comunes. Esto sucedía cuando se concretaban algunos planes de vivienda y de desarrollo social significativos, algunos de los barrios todavía están: el barrio Cafferata en la zona de Parque Avellaneda, que constituían los principios de desarrollo social. Porque muchas veces, uno desde el Estado interpreta “hice tal o cual obra”, “hice tal o cual saneamiento”, pero yo diría, sin ser dramático con lo que voy a decir, que en el 80% de los casos no se tiene en claro o se pierde la visión de para quién se hace, para qué se hace y cuál es el fin último, porque es el ser humano y la sociedad, sin el cual todo lo que estamos haciendo no tiene ningún sentido práctico y ningún fin en sí mismo. Entonces, decía que por la década del 20 ya se planteaban estos intereses, y si bien no se hablaba del Área Metropolitana como hoy nos referimos, sí se hablaba de la necesidad de una interconexión o tratamiento territorial conjunto.

La evolución fue muy grande a partir de esa época y sobre todo desde la década del 50 hasta los años que estamos transitando los desarrollos fueron muy importantes, tanto en los partidos periféricos de la ciudad de Buenos Aires, como en la ciudad de Buenos Aires misma. Pero, sinceramente, uno tiene que decir que si bien encontramos saneamiento, si bien encontramos cloacas en gran parte de la región a la que nos referimos, si bien encontramos agua potable con redes importantes que abastecen y distribuyen a toda esta zona, se da una inequidad en el servicio debido a una falta de previsión y de articulación entre los componentes de toda esta región. Hoy más que nunca, diría, es casi imprescindible pensar en lo que hace a la llamada “región metropolitana”.

La ciudad de Buenos Aires, junto con 17 partidos, había tenido ya un desarrollo con la empresa responsable de todo este saneamiento de tipo sanitario, que era Aguas Argentinas, con proyectos ciertamente interesantes. Cuando uno veía, algunos de ellos concretados, como el río subterráneo que abastece de agua potable a la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, y había otros proyectos como la construcción e incorporación de nuevas redes cloacales que sirvieran a los efectos de descongestionar las viejas redes -algunas de las cuales ya tienen cerca de 60 o 70 años y hay algunas que son un poco más antiguas también-; uno veía que había un plan, que había una intención, intención que lamentablemente no se vio concretada. Seguimos pendientes todavía con los trabajos que hacen a la red colectora que pasa por la zona ribereña que viene desde el norte del Gran Buenos Aires, totalmente saturada por el gran desarrollo urbano que se produjo allí; y tenemos otras que abastecen o sirven a la ciudad de Buenos Aires pero que evidentemente parten desde sectores que también han tenido un gran desarrollo urbano y que ya resultan insuficientes. Dicho esto, cuando uno ve los informes que recientemente hay al respecto en cuanto a las previsiones, nos encontramos, por ejemplo, con un informe de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, que dice: “Capital Federal”, cosa que es discutible, porque Capital Federal a mí me suena mal; nosotros somos la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y Capital Federal circunstancialmente, podría ser Córdoba, Santa Fe, la Capital Federal no tiene por qué estar en la Ciudad, hoy está todo acá, hasta hubo proyecto de traslado de la Capital Federal. Retomando, el documento  dice: “Capital Federal, cobertura de cloacas 100 por ciento”, entonces, yo pienso que me habré equivocado en los trabajos que venimos desarrollando desde la Defensoría, justamente está con nosotros el Dr. Fachal del área de  Control Comunal, que se ocupa de la temática ambiental y  de servicios. Y uno encuentra, ya barrios, porque fueron villas, lo que era la villa 20, que se la sigue designando así, pero es un ámbito consolidado dentro de la ley que prevé la consolidación de las villas de emergencia en la Ciudad de Buenos Aires, donde se han hecho pavimentaciones, escuelas, hay un desarrollo urbano, pero las cloacas no están. Se están usando, en algunos casos, los conductos de desagüe pluvial para desaguar los líquidos cloacales hasta el arroyo Cildáñez que desagua directamente al Riachuelo. Cercana a esta zona, en el barrio de Soldati, encontramos un asentamiento que ya es una villa consolidada, denominada “Los piletones”, y se terminó con  una denuncia, que de hecho, la justicia actuó de oficio al tomar conocimiento, y está procediendo al efecto, donde, desde el área de infraestructura, hicieron gran cantidad de trabajos para poder sanear todo lo que es el Lago Regulador Soldati, que es un lago regulador para juntar agua de lluvia, en el cual se hace un volcado de líquidos cloacales porque no están las conexiones cloacales.

Y si avanzamos un poco más en el lugar, afortunadamente la gestión actual llevó a cabo un plan de vivienda, pero como AySA no tiene prevista la ampliación de las redes cloacales en el lugar, van a tener que poner una planta de tratamiento de líquidos cloacales, para después, con el agua tratada, por supuesto, y en condiciones de posible volcado a lo que es el Riachuelo, hacerlo a través del Arroyo Cildáñez que, teóricamente, lleva nada más que agua de lluvia. Entonces me pregunto dónde está la planificación porque, o el documento oficial está equivocado, o nosotros vivimos en otro mundo; o al revés: nosotros tenemos la información ciertamente precisa y hay una equivocación en la evaluación de las realidades. Esto no es casual, es producto de una falta de previsión y de acción coordinada. Si la realidad nos marcara que nosotros, de manera conjunta en la Ciudad de Buenos Aires, con los 24 municipios que conforman ese primer cordón o esa región metropolitana, tuviésemos la posibilidad de ordenar las necesidades y requerimientos de lo que hace, nada más ni nada menos que a los seres humanos que viven en ese lugar, y pensáramos en las necesidades que esos seres humanos tienen para poder subsistir y tener los elementos básicos, que por derecho propio de existir le caben, como ser: el poder tomar agua potable (el 70% del cuerpo es agua, si no tenemos agua nos morimos), no tener elementos que lo contaminen o que lo contagien de enfermedades y que puedan eliminar todo aquello que sea desperdicio como los residuos sólidos urbanos y los desechos cloacales sean trasladados y eliminados a través de conductos que eviten el contacto con el ser humano; entonces, si todo eso se tuviese en cuenta, seguramente que las planificaciones que se llevan adelante tendrían valores y objetivos reales.

Yo hablaba antes de lo que hace a la equidad, ¿por qué hablaba de la equidad?, porque nosotros nos encontramos con que, por ejemplo, recientemente la Ciudad de Buenos Aires, en base a la problemática que surgió en cuanto a las construcciones en la ciudad, firmó acuerdos con AySA respecto a documentos que se deben concretar a los efectos de que se puedan hacer las obras, sobre todo las de edificios en altura; y también dentro de ese marco se fijaron pautas de obras o de desarrollo en la Ciudad de Buenos Aires. Cuando nosotros analizamos esto, encontramos que hay previsiones importantes para la zona norte, centro y oeste de la ciudad; pero no encontramos trabajos importantes en la zona sur. Y la gran pregunta que nos hacemos desde la Defensoría es, siempre con la visión del respeto de los derechos y garantías institucionales que hacen al ciudadano, los ciudadanos que están en el sur, los que yo describía antes, ¿serán de otro planeta con respecto a los que están en el norte?, porque acá no estamos hablando de un hábitat superior, con condiciones de satisfacción extrema, estamos hablando de condiciones básicas, indispensables, mínimas para evitar problemas en el desarrollo de la vida diaria de las personas que viven en ese lugar.

La ampliación y la actualización de estas redes es, de alguna manera, como cuando uno habla de educación, y se habla del gasto público en educación; uno se pregunta por qué un gasto, si el dinero lo pone el pueblo para que haya educandos, que los educadores les puedan dar información, que evolucione la persona, que todo funcione mejor, que todos nos podamos entender. Y esto es exactamente igual, la realidad es que si hay una buena planificación, un buen desarrollo tecnológico y un buen servicio, implica que con total seguridad, esa persona o esa sociedad no va a padecer enfermedades, o serán mínimas, va a tener una evolución digna de su vida conjuntamente con su familia, y seguramente que el Estado va a tener muchos menos gastos porque no va a tener que salir corriendo como bombero frente a la emergencia para dar respuesta a algo que, en realidad, tendría que haber previsto a fin de prevenirlo.

              A la ciudad de Buenos Aires se la ve generalmente como una ciudad saneada en todos sus detalles dado que, como siempre decimos, acá vive Dios, los diarios los escribe Dios, la información la emite Dios, y entonces nosotros somos todos ángeles; pero la realidad nos muestra que en los últimos años, debido a los cambios económicos, la movilidad (el transporte) el poder llegar a esta casa de Dios pasó a ser de suma importancia, entonces se empezaron a poner de manifiesto todas las falencias que tiene la ciudad desde hace ya varias décadas. La Ciudad de Buenos Aires como tal, tiene una necesidad imperiosa para poder proyectar, diseñar y actualizar todo lo que hace a las redes de servicio público y en especial a todo lo que hace al tema de agua y cloaca, necesita imperiosamente mantener una estrecha vinculación y una estrecha relación en su planificación y ejecución de obra con los municipios periféricos, en este caso, 24 con los que tiene estrecha conexión y que conforman lo definido como “región metropolitana”. Hay que tener en cuenta algo: normalmente uno dice “área”, “región”. Cuando uno habla de “área” habla superficialmente de un conjunto, o de una superficie globalizadora; cuando estamos hablando de “región”, la cosa es más profunda, porque la región tiene que estructurar, desde la movilidad de los habitantes, las posibilidades de trabajo, hasta las interconexiones de servicio. Un ejemplo concreto: hoy tocábamos el tema del Riachuelo, mostrábamos también el tema de la afectación de las costas del Río de la Plata por posible contaminación, y cabe preguntarse: un accidente de un barco en la desembocadura del Río de la Plata –uno puede pensar que está casi a la altura de La Plata, que está lejos- ¿qué pasa si en ese momento tenemos viento predominante del sudeste y qué pasa si es un vuelco importante –como hoy nos decía el Prefecto-, no lo comunican en tiempo y forma y por alguna circunstancia corren minutos?; pensemos que trabajar en el Río de la Plata no es ir de la comisaría 1º a la comisaría 36º, que a lo mejor hay que recorrer 30 cuadras, hay que desplazar lanchas, equipo, la navegación en el río -pensemos en un día con condiciones climáticas adversas- no es fácil, disponer las dotaciones. Eso implica horas; en horas la naturaleza nos va a jugar una mala pasada. Tendremos totalmente contaminado el Río de la Plata, sobre todo, con muy poca posibilidad de accionar de una manera fácil, en virtud de las características que tiene nuestro puerto.

Esas realidades nos tienen que forzar a pensar en la necesidad de trabajar de manera mancomunada, más allá de los convenios de colaboración y de los acuerdos pautados que muchas veces vemos entre los distintos municipios. La única posibilidad de gestar condiciones de gobernabilidad y de planificación estratégica es trabajando de una manera conjunta con los distritos que constituyen la región metropolitana. Esto que yo digo no es un descubrimiento, se ha trabajado mucho, recuerdo a comienzos de la década del 90, con lo que fue el CONAMBA (Comisión nacional Área Metropolitana de Buenos Aires), específicamente, se publicaron documentos, muchos de ellos después sirvieron como base del Plan Urbano Ambiental, ya que se tomaron como referencia. Pasaron 17 años de trabajo continuo en los cuales, desde el punto de vista gubernamental y de gestión política para la conducción y el gobierno de todo este ámbito que estoy definiendo, todavía no se ha podido plasmar una realidad que permita una planificación conjunta. Peor es si tenemos en cuenta lo que antes mencionaba: que desde la década del 20 se viene hablando y se viene planteando la necesidad de esta estructuración, que lo vemos plasmado en las autopistas que fueron surgiendo más tarde y que van siendo superadas, y las distribuciones eléctricas (dentro de poco tenemos una audiencia pública para tratar lo referente a una red de alta tensión que constituye un anillo de suministro eléctrico, que va a venir de la zona de San Martín; hay unidades de transformación y dada la expansión que tiene la ciudad de Buenos Aires, para poder garantizar el servicio eléctrico, ahora vamos a tener que soportar que nos rompan toda la ciudad, todas las avenidas, para que pueda llegar hasta la central Costanera y desde ahí hacer una distribución). Yo me pregunto ¿en qué se pensó? La ciudad de Buenos Aires tiene dos usinas, se actualizaron, no tenemos ningún problema, nadie pensó en la proyección de todo lo que es la región metropolitana; resultado: para poder garantizar un servicio efectivo frente a un corte de suministro de energía, hay que romper toda una ciudad que, a duras penas uno puede decir “va quedando bien, se van haciendo cosas”  para resolver lo que en realidad tendría que haber sido el punto de partida, que era planificar todo el sistema de abastecimiento eléctrico.

Por último, yo creo, para enfatizar el tema que hace a la Región Metropolitana, que la palabra “convenio”,  en todo lo que hace a este ámbito de región, tendríamos que “convenir” desterrarla, para “firmar la decisión” de definir pautas de gobernabilidad, de proyección y de planificación estratégica de la región, que permita realmente que alrededor de 15 millones de personas que están viviendo en todo este ámbito, tengan condiciones de vida aceptables, ya no digo ni dignas, aceptables, que puedan vivir. Pensar que la ciudad de Buenos Aires tenga sectores donde el agua potable en el siglo XXI tenga que ser llevada por camiones cisterna a tanques para poder desde allí vaciar, y tener que llevarlo a cada una de las casas con tachos, realmente es casi impensable. Es resultado de una improvisación y una falta de planificación conjunta, porque en algunas zonas  la Ciudad no puede hacer nada pues es una ocupación de terrenos nacionales , como algún sector de la villa 31, que tendría que haberse combinado con Nación, que,  así mismo,  tendría que haberse combinado con distritos próximos en la Provincia de Buenos Aires; la misma Ciudad tiene tierras propias en la Provincia de Buenos Aires, para  hacer una planificación ordenada de redistribución poblacional. Es muy complejo para tratarlo en estos pocos minutos, pero tengamos en claro que esto no se resuelve con agrandar el caño de las cloacas o poner unos metros más de caño para agua potable. Esto es algo profundo que, por más que aumentemos las longitudes de la cañería, no vamos a dar respuesta a una realidad social que viene presionando muy fuerte sobre todo en estos últimos años que nos muestran que, en esta ciudad y en este país también pueden surgir necesidades graves. Muchas gracias.