Ronda de reuniones anuales de Defensores del Pueblo de la República Argentina

 

Los Defensores del Pueblo deliberan en Neuquén (16 y 17 de septiembre de 2004)

 

Los defensores del Pueblo de todo el país eligieron Neuquén para realizar su reunión plenaria anual, donde emprendieron una jornada para considerar las problemáticas ambientales más graves que atraviesan sus respectivas jurisdicciones y la capacidad de acción que tiene cada uno en defensa del medioambiente.

En dichas jornadas participaron, entre otros, la defensora neuquina, Blanca Tirachini, la defensora adjunta de la ciudad de Neuquén, Graciela Bordieu, los ombudsman Carlos Constenla, de Vicente López; Luis Acosta, de Tucumán; Carlos Bermúdez, de Santa Fe; y Atilio Alimena, adjunto del pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Dr. Daniel Sabsay.

El Arq. Atilio Alimena,  en sus intervenciones referentes a la problemática de los residuos sólidos urbanos (RSU),  expresó:

En una oportunidad tratando un tema referido a la prevención contra incendio, un alto jefe de bomberos, me expreso “tenga en cuenta que este tema no lo afronta nadie porque quema”. En el caso de los residuos sólidos urbanos, me atrevería a decir que las acciones tardan pues resulta ser un tema “de volumen y de pesos” razones estas que lamentablemente hacen dejar de lado, o sea fuera del medio ambiente, al real afectado y directo interlocutor, el ser humano.

 

Pocas veces se considera el tratamiento de los residuos sólidos urbanos en forma seria y comprometida, con planes sustentables que garanticen una real mejora en la calidad de vida de los habitantes.

 

Los volúmenes de residuos han aumentado en forma notoria, crecimiento que se manifiesta a inicios de la década del 90, esencialmente como resultado de nuevas modalidades de comercialización y uso de nuevos envases, supuestamente “Reciclables”.

 

Basado en políticas de mercado el generador no se adapta a la realidad a tener en cuenta, al concepto de reciclado y no asume la responsabilidad que le corresponde por falta de pautas claras.

 

A fines de la década del 70, en la Ciudad de Buenos Aires, se constituye el CEAMSE (Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Estado), hoy denominado como - Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado. El mismo tenia como función específica la atención y resolución de la disposición final de los residuos sólidos urbanos resultantes de la Ciudad de Buenos Aires y de algunos partidos de la Provincia de Buenos Aires que en forma conjunta constituyen el Área Metropolitana de Buenos Aires.  

 

Seguramente que los avances al comienzo del funcionamiento fueron notorios, la Ciudad de Buenos Aires abandona su sistema de acopio y quema en los basurales del sur de la Ciudad y además pudo abolir el sistema de incineración que existía hasta entonces, lo cual generaba un alto grado de contaminación en toda la ciudad.

 

Falta de políticas claras, ejemplo normativa de compactadores.

 

La intención quizás fue buena, pero como toda adaptación no se tuvo en cuenta previsiones futuras, como por ejemplo consideraciones de afectación al medio ambiente y desarrollo de nuevas tecnologías y procesos que tienda a mejorar la calidad de vida de los habitantes.

 

La saturación de los basurales a cielo abierto, que se han generado, en muchos casos, superó la intención del saneamiento y se constituyeron en verdaderas montañas de basura que afectan directamente áreas urbanas, no previstas o no consideradas en su existencia.

 

Planeamiento – condiciones de zonificación – lixiviado – emanaciones – gases – ejemplo Villa Dominico (reclamo popular).

 

Es bueno recordar a esta altura que el estado a través de sus gobernantes, tiene funciones específicas dirigidas exclusivamente al desarrollo y salvaguardo de la sociedad, pues bien fue ese estado el que a lo largo de tres décadas no supo escuchar los reclamos de la sociedad y menos aún prever que hacer con los residuos que se generaban.

 

Uno de los graves factores que han incidido en la realidad que nos toca vivir, es la desvinculación territorial, lo que ha llevado en el caso de la Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires a desinteligencias graves e imprevisiones como resultado de la falta de coordinación en la aplicación de Leyes ambientales y decisiones tomadas al respecto.

 

Riachuelo – Residuos patogénicos – Polo Petroquímico Dock Sud – control de transporte de pasajeros (Nación / Ciudad).

 

La Ciudad de Buenos Aires en particular no ha considerado con detenimiento y seriedad el tema de la basura, pues los resultados de la disposición final no le afectan directamente, más aún, quienes en ella vivimos tomamos conciencia de la realidad como resultado de la “aparición de los cartoneros” en momentos de la crisis social que resultara durante la depresión económica.

 

La Ciudad de Buenos Aires genera anualmente alrededor de 1,5 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, de las cuales algo más del 50% lo constituyen residuos orgánicos y un porcentaje superior al 35% esta constituido por “ materiales recuperables “. Es necesario remarcar que al hablar de materiales recuperables ello indica la posibilidad de evitar la constitución de basurales o rellenos y con seguridad la apertura de fuentes laborales de suma importancia.

 

La Ciudad de Buenos Aires al respecto tuvo a fines del  año 2002, la gran oportunidad de cambiar la historia en lo referente al tratamiento de los residuos sólidos urbanos, como resultado de la presión generada por los recolectores informales.

 

Los cartoneros resultaron ser un detonante, para asumir una realidad ambiental y social.

 

Dichos recolectores informales acrecentados en su número durante la crisis social y económica resultante desde fines del 2001, pusieron en evidencia el desinterés y la despreocupación del estado. En primer termino a la consideración del manejo de residuos y en segundo termino en lo atinente a la realidad social.

 

La imprevisión y la falta de interés generó un claro desorden urbano y un alto grado de promiscuidad laboral.

 

Si bien la temática de recolección no autorizada o “informal”, fue abordada, tratando de dar una respuesta a la realidad social, garantizando y legitimando el trabajo de los recolectores informales; quedan aún dos temas pendientes, el manejo de residuos y la reivindicación laboral.

Lamentablemente se dio una respuesta parcial y de compromiso, legitimando la actividad y dejando sin resolución los temas esenciales y de fondo.

 

La realidad muestra que no existe una actitud mágica que pueda resolver el tema de la basura, se requiere de una planificación, coordinación y manejo eficaz de la ciudad por parte de los gobiernos locales. La resolución a los problemas planteados no puede concebirse a partir del último eslabón, o sea la disposición final, deben considerarse los diseños de productos, sus materiales y sus embalajes. Debe instalarse el concepto de “responsabilidad del productor”

 

Quien contamina, daña o perjudica, en cuanto hace a la disposición final, debe asumir la responsabilidad que le corresponde, Suecia – Alemania – Grecia - resultan ser un ejemplo al respecto, dando resultados claros en cuanto a la prevención de residuos y en el incremento de reciclaje. No es cuestión de remediar, hay que evitar llegar a esa instancia y el estado debe actuar en tal concepto.

 

El desarrollo urbano debe garantizar la sustentabilidad tanto en lo económico como en lo ambiental, pues son estas, condiciones básicas para el desarrollo social armónico dentro de un marco de garantías para el ciudadano.

 

Los residuos encierran una potencialidad económica, tal como lo demostraron los recolectores informales en la Ciudad de Buenos Aires, posibilitando además en función del aprovechamiento una clara disminución en lo referente al impacto ambiental.

 

La recuperación puede permitir una notoria merma en la disposición final y la consiguiente disminución de impacto ambiental, la Ciudad de Buenos Aires demostró con la actividad de los “cartoneros” disminuciones del orden de 1000 Tn. diarias en la disposición final. Países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, han demostrado la clara relación entre reciclaje, empleo y manejo eficiente de residuos.

 

En los países en desarrollo el factor económico resulta ser determinante a la hora de la toma de decisiones y la planificación, pero debo manifestar que con una visión imparcial y como Defensor del Pueblo, la Ciudad de Buenos Aires no adolece de restricciones económicas, sí de un claro desinterés en planificar y profundizar una realidad que afecta a toda la región metropolitana y comienza a ser compleja en la misma Ciudad.

 

El tratamiento y disposición de residuos sólidos urbanos, debe partir desde una clara definición y actitud de las autoridades gubernamentales, pero con el consenso y compromiso de toda la sociedad, además de  una clara disposición de participación de los sectores económicos asumiendo desde los ámbitos productivos las responsabilidades que les corresponden como generadores, no solo para mitigar o bien remediar, pues de mayor importancia resulta ser la generación.

 

El rol de la Defensoría en la temática no es menor, pues a partir de la exigencia a los funcionarios gubernamentales del cumplimiento de normas existentes y del respeto y garantía de los derechos del ciudadano, actúa y actuará como un ariete, día a día, hasta lograr el propósito buscado, mejorar la calidad de vida del Vecino.