Residuos Sólidos Urbanos “Otra Deuda Social”

 

Jornada organizada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Bs. As.

Cierre a cargo del Defensor Adjunto del Pueblo, Arq. Atilio Alimena

12 de septiembre 2007 

 

 

            Toma la palabra el Arq. Atilio Alimena: Lo primero que pensamos cuando organizamos esta Jornada fue, con el mismo criterio que cuando elaboramos la publicación de Residuos Sólidos Urbanos “Otra Deuda Social”, que sea algo conciso, tratar de que tenga los contenidos suficientes para que realmente podamos evaluar, desarrollar esta temática y así nos profundice el compromiso a los que estamos en la función pública, o en realidad debería decir aceptemos el compromiso, me incluyo, de que este es un tema que se tiene que tratar muy en profundidad. 

 

            Muchas de las cuestiones ya fueron abordadas durante la jornada, por lo que voy a  hablar desde el punto de vista de nuestra concepción de Organismo de Garantías sobre aquello que se debería manifestar para que realmente el ciudadano vea cubiertos sus derechos y garantías constitucionales.           

 

            Lo primero que me animo a decir es que toda esta temática va más allá de si hay más o menos residuos, o la mal llamada basura, esto es una profunda Deuda Social que tiene el Estado a través de sus gobernantes a lo largo de muchas décadas. Profunda deuda social que marca una clara inequidad. Hoy escuchábamos, en las exposiciones, las diferencias de servicio y de quién ensucia más o ensucia menos, si es la zona norte o la zona sur. Sin embargo, en la zona sur,  desde la Defensoría, nos hemos cansado de reclamar, ya no el estado de inequidad, sino el estado de extrema emergencia sanitaria producto de las indebidas aplicaciones de políticas para la gestión de gobierno al respecto, por no decir de la desidia de algunos funcionarios. 

 

            Analicemos nada más lo que fue, en el año 2001-2002, la cuestión de los denominados Cartoneros. En ese momento se sancionó la Ley 992, algunos habíamos presentado proyectos por entonces, con la idea de incluir todo el sistema de tratamiento de los residuos sólidos urbanos en lo que eran los nuevos contratos, incluyendo a los “cartoneros” y no sólo el reciclado del 10% de los residuos recolectados, como quedó establecido en los mismos. En conclusión, ese porcentaje nunca fue concretado, no se resolvió nada.

 

            La  realidad es que la Ley 992  fue producto de una necesidad, y no del desarrollo o de la concienzuda labor parlamentaria, porque era gravísimo el problema social y el problema que se planteaba con los cartoneros en ese momento. A partir de dicha Ley , lo más profundo que se realizó, por los menos en ese momento, fue entregar una credencial a los recolectores informales para que circulen libremente por la calle y puedan tomar los residuos, situación que estaba prohibida, por lo que  hubo que anular algunos articulados de ordenanzas vigentes.

 

            Recuerdo que cuando se trató esa Ley, manifesté dos cosas durante la sesión. Primero, que no se apuntaba a ninguna política de Estado y que nos íbamos a arrepentir por tomar una determinación de este tipo si no se hacía de una manera instrumentada con una férrea conducción del Estado que le cabía como responsabilidad propia, porque después no se iba a poder corregir o iba a costar mucho. Hoy en día cuesta mucho poder tratar de contener la situación, incluso lo escuchamos durante la jornada, los mismos cartoneros que se han organizado y tienen una versión más criteriosa de la cuestión, les cuesta trabajar con sus pares que continúan en la anarquía que motivó el arranque de la manera que se hizo. La segunda cuestión que manifesté en aquel momento, fue que se iba a generar un moderno sistema de esclavitud del cual iba a ser patrón el Estado. En relación a esto, cuando llegué a la Defensoría nos encontramos con la denuncia del trabajo infantil. Fíjense ustedes que bien organizado fue ese sistema  que se les dio credenciales azules a chicos de 13 años, lo que llevó a una denuncia penal muy resonada. El Estado mientras que tenía un plan en el cual invertía mucho dinero para la lucha contra el trabajo infantil daba credenciales para que los chicos vayan a levantar residuos en la calle. En realidad, si uno lo analiza con frialdad y con la mayor objetividad posible todo ello sirvió simplemente para ocultar la inacción y la falta de idoneidad de aquellos funcionarios y de aquellas decisiones gubernamentales que, o bien no sabían qué hacer, o bien les resultaba interesante mantener este estado de miseria que muchas veces es más redituable de lo que uno se imagina, cuestión que sería para otra charla y para otro momento.

 

            La realidad social muestra la inequidad que mencionaba antes, es decir impuestos pagamos todos, algunos un poco, otros pagan más y otros pagan mucho más de lo que nosotros nos imaginamos, con lo poco que consumen o con lo poco que compran, porque cuando una persona de la zona sur compra un litro de leche, un kilo de yerba, un kilo de azúcar, está pagando impuestos, no le dan el ticket por supuesto, no le dan una factura, no sabe lo que es pagar impuestos, pero lo está pagando y sin embargo el barrendero no pasa, y al basurero le tienen que juntar unos pesos entre los vecinos para que le lleven un contenedor; y el contenedor nos sale caro, porque si hacemos el análisis del servicio que tenemos en función de los impuestos que pagamos, el costo es altísimo. Pero yo me pregunto al que está del otro lado le sale igual o más caro que a nosotros, sin embargo no tiene servicios. Insisto con esta cuestión porque en la Defensoría del Pueblo existen actuaciones, hay denunciantes, hay fotografías, hay elementos que lo demuestran, no es una ocurrencia, sucede y está comprobado.

 

            Una colaboradora ha hecho un estudio histórico sobre el tema de Residuos Sólidos Urbanos, muy sintéticamente podría decir que en 1870 empieza en nuestra Ciudad a manejarse toda esta temática, lo que se realizaba era disposición y quema. Con  el paso del tiempo como se iba complicando y los residuos quedaban acumulados en la zona de Monserrat, se puso en funcionamiento un tren, con el cual se los transportaba hacia la zona de Barracas, Parque Patricios. Esto funcionó hasta el año 1890, que lo desactivan. A partir de ese momento tuvieron que cambiar la metodología ya que se había incrementado la cantidad de basura y residuos que se acumulaban, por supuesto no eran las cifras que manejamos hoy, creo que era el equivalente a lo que juntan actualmente los cartoneros en un mes. Como respuesta, en 1900, se implementa el servicio de incineración. Desde ese momento hasta 1977, momento en que surgen los rellenos sanitarios,  transcurrieron más de 70 años. Este recorrido es para que ustedes tengan una idea que la desidia o el desinterés no es nuevo, lo que ocurre es que hay que respetar que en aquella época quizás no tenían la visión y los compromisos que tenemos hoy, aunque podemos decir que las técnicas de la época que se encontraban en el país eran bastante avanzadas, observemos que se usaba un tren para trasladar, había una quema organizada, etc.  Hoy lo vemos como retrógrado o inservibles, pero en aquel momento se contaba con una tecnología, había un criterio, una visión, sobre la problemática. 

 

            Como decía anteriormente, surgieron los rellenos sanitarios y fueron la panacea universal, ahora sí teníamos dónde tirar la basura, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, entonces para qué nos vamos a preocupar en la Ciudad si nosotros no tenemos basura. Pasaron 30 años hasta que se decide comenzar a pensar en lo que es la separación, la recuperación, el tratamiento de los elementos que quedan al margen de los residuos sólidos urbanos húmedos, para la disposición final. Y esto no fue producto de una gestión de gobierno, o por algún pormenorizado trabajo parlamentario, fue producto, como les dije al principio, de las hordas de ciudadanos que venían a reclamar porque la basura no era recogida, se acumulaba, etc. Entonces en medio de todo ese batifondo había que hacer algo, nuevamente la sociedad y no los decisores políticos fueron los que dijeron “hagan algo”. Posteriormente los decisores políticos empezaron a correr y  trataron, o mejor dicho  tratamos, de ponernos a tono, porque la necesidad imponía que así fuera. Pero lamentablemente no se hizo con la conciencia y el criterio necesario para poder resolver esos problemas.

 

            Llegamos al día de hoy y pienso que lo que nos queda por delante es comenzar a aplicar, como decía bien Marcelo Godoy, las leyes en serio, tener en cuenta el futuro con la aplicación de tecnologías, como las que vimos en el panel anterior. Por ejemplo, en la Ley 1854 se nos habla de combustión con aprovechamiento de energía, pero se nos dice que comenzará a aplicarse  cuando se cumplan determinados plazos, calculen que esto data del  2000-2001, al 2007 transcurrieron 7 años y todavía seguimos hablando. Por ello hay que comenzar a pensarlo hoy. 

 

            El tema de los cartoneros está un poco mejor organizado que en el 2000-2001,  la única diferencia es que lo organizaron ellos mismos, nosotros no tuvimos nada que ver. Entonces me pregunto, para esto que es más complejo, donde hay que pensar en implantar, donde hay que pensar en desarrollo, donde hay que pensar en inversión, donde hay que pensar en capacitación, cuándo lo vamos a hacer, en el 2020? Cualquier proyecto, aquí tenemos un especialista en proyectos (refiriéndose al Ing. Gustavo Grasso) , que se pueda jactar de tener algo de sentido y de trabajo técnico y profesional tenemos que pensar en un plazo de 4-5 años para definir el emplazamiento, ya que al requerir tecnologías importantes necesita de un determinado emplazamiento, que puede ocurrir que la Ciudad no lo tenga, por lo que tendrá  que coordinar con la Región Metropolitana para hacer trabajos en común. Además, tiene que  haber coincidencias de gobierno, tiene que haber una planificación definida, el famoso Plan Urbano Ambiental, que   en su momento hablábamos de sacarle la jerarquía de plan y hablar  de Proyecto de Urbanización Regional, así no era tan ampuloso y no eran tantas las expectativas, pero al final no fue ni uno ni otro; y esta problemática no esta incluido en él  ni tampoco en el trabajo regional.

 

            Por otro lado, tenemos el uso de las bolsas biodegradables, hoy se mencionó varias veces durante la jornada, y siguen las discusiones, pero esas son decisiones que deben resultar de políticas de gobierno. En la actualidad nos hemos acostumbrado que la política es el litigio en un medio televisivo, o en la prensa en general, pero en realidad la política, si uno toma  un diccionario la define como las acciones de aquellas personas que se dedican a planificar la evolución o el desarrollo de un grupo social, es decir, es un poco más humilde que todo lo que conocemos hoy de la palabra política.

 

            En síntesis,  todo esto se puede llevar a cabo si existe un compromiso social profundo. En el panel anterior se hablaba de sanciones, como la multa, pero como manifestó el Diputado Godoy en su exposición : “ si no hay una educación y una culturalización de los procedimientos estamos fritos”. Entonces, no podemos resolver absolutamente nada, ni podemos pensar en desarrollar absolutamente nada, porque esto se mama desde chico, por lo que tienen que estar dadas las garantías y  el proceso de educación y formación. La difusión, la concientización y la educación son fundamentales y tiene que ser un sistema sustentable, se tiene que mantener en el tiempo. Ahora no vamos a entrar en detalles pero una colaboradora  hizo un seguimiento de la cantidad de programas y planes que se pusieron en marcha, si ustedes supieran en los últimos 6 años la plata que se ha gastado desde el Gobierno de la Ciudad para distintos planes, les nombro algunos: la famosa bolsa verde que repartían los supermercados, las asistencias gremiales a las escuela que instruía en el manejo de residuos, la recolección de diarios en las escuelas que las empresas recolectoras retiraban  a cambio de lo que necesitaba la institución, etc.  Les nombro los 3 más notorios, pero  debe haber por lo menos 150 más. A alguien le debe haber servido, a la sociedad de la Ciudad de Buenos Aires no le sirvió, pero la plata se gastó. La acción tiene que ser fundamentalmente sustentable. 

 

            Un  último detalle, en la Ley 1854, Ley Integral de Residuos Sólidos Urbanos, se define el concepto denominado  Basura Cero, concepto que  lo podemos entender nosotros, o funcionarios o legisladores  que han trabajado  en esta temática, pero difícilmente  la sociedad en general. 

Al hablar de  “Basura Cero”  se entiende, según la normativa, que para el 2020 todo lo que se pueda recuperar, 40-45%, no va a ir más a disposición final. Ahora bien,  si yo salgo a  los medios de comunicación , como se ha hecho en los últimos 3 años, y hablo de que en el 2020 vamos a poder completar lo que sostiene la “Ley de Basura Cero”,  y que para el 2010 el 30% de la basura ya no se va a depositar en el relleno sanitario, yo les pregunto  a ustedes, pero no como técnicos o funcionarios que conocen y trabajan en el tema,  qué entienden? Fácilmente se puede entender  que en lugar de 12.000 toneladas o 15.000 toneladas por día vamos a tener unas 4.000 toneladas menos, pero eso no es así. Le estamos diciendo a la población “señores no se hagan ningún problema porque ustedes dentro de 3 años van a tirar el 30% menos, dentro de 7 van a tirar el 50% menos y en el año 2020, dentro de 13 años,  no van a tirar más basura”? No  es así, pero a la gente no se lo dice nadie. En la Defensoría hemos recibido consultas telefónicos sobre este tema, y en una ocasión recibí a  un vecino que me planteó:  “yo me vengo a quejar porque desde el ámbito gubernamental se dice que no se va a tirar más basura pero a mí nadie me dice que tengo que hacer yo con la basura, cómo que no voy a tirar más basura, yo qué voy a hacer con la comida y con los residuos”, a lo que le respondí: “no señor, el asunto no es que no va a haber más basura” y le tuvimos que explicar lo que se estaba difundiendo,  pero  nosotros no podemos explicarle a los 3 millones  de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires,  esto es justamente lo que debe hacer una buena campaña de difusión. En el momento que el funcionario lo comprenda y lo transmita correctamente vamos a poder empezar a creer que hay voluntad, decisión y  convicción para hacer una real gestión de gobierno, con actitud y con aptitud, para resolver este problema de Residuos Sólidos Urbanos.

 

            Para concluir, les quiero agradecer profundamente al Ministro Velazco, a la Ing. Graciela Gerola, a la Sra. Cristina Lescano, al Diputado Marcelo Godoy y al Ing. Gustavo Grasso por sus exposiciones. Nuestra  intención con esta jornada  fue poner un granito de arena pero que no sea un granito de arena que se lo lleve la correntada, sino que sirva para que en algún momento podamos empezar a construir en serio. Les agradezco a todos ustedes.