¿Interpretación o incapacidad?

 

 

Mientras en la ciudad de Buenos Aires se debate si el transporte público subterráneo de pasajeros es esencial o simplemente un servicio público, en Doha Qatar, los representantes del mundo debaten la necesidad del uso del transporte público masivo a los efectos de disminuir las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) con el fin de lograr no aumentar en más de 2 grados centígrados la temperatura en el globo terráqueo.

El protocolo de Kioto firmado en 1997, ya no sólo resulta un compromiso, constituye una necesidad al efecto de mantener vigente nuestro derecho a vivir y preservar esa condición para las generaciones futuras.

En Argentina con un aporte creciente de GEI, se continúa agravando la calidad de vida de sus habitantes en las grandes ciudades, sea por la quema de combustibles fósiles contaminantes en las centrales de generación de electricidad, en el aumento del tránsito vehicular privado debido al mal servicio del Transporte Público de Pasajeros y por la indebida y casi inexistente gestión de residuos.

Los plazos se acortan y poco se hace para dar cumplimiento al artículo 41 de nuestra constitución en cuanto se establece para la preservación del ambiente, mientras tanto se continúa agravando la condición de vida de los habitantes de nuestro país ya sea por causas externas como por las negligencias e inacción propias.

 

 

7 de diciembre de 2012.